Cuentos para Mi

La realidad se mezcla con la imaginación, el sentir se confunde con los recuerdos, y estos son los relatos que avivan mis noches y mis sueños , Hoy los comparto contigo.....

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Nombre: Sol Diez
Ubicación: Arica, Tarapaca, Chile

Desde los doce años que escribo, esta es la primera vez que publico y espero saber sus comentarios,las actualizaciones son semanales.

29 julio, 2005

Solitaria




Después de esa pelea descomunal con Pipe, y de estar herida en mi orgullo, después de casi dieseis años juntos, me sentí sola, estaba tan segura de lo que tenía, que fui enfriando nuestra relación , primeros las hijas, luego mi trabajo, luego mis amigos , la familia, luego…mil excusas , pero eso tampoco le daba derecho a cambiarme por una lolita.-- buscaba sexo, nada más-- me dijo, si estoy de acuerdo que estaba mal, que fue un momento de quiebres, que mi tratamiento por depre.. Estaba recién empezando, que parecía más frágil de lo que era, pero no… no se la perdono…
Le pedí que se fuera, que estaba aturdida, su presencia me hacía daño, tomó algunas cosas y se fue a casa de sus padres, al valle. La primera noche, la pase ahí, estaba en el dormitorio, las luces apagadas, el televisor prendido haciéndome compañía, los ojos hinchados de llorar en silencio para que las niñitas nos se enterarán, ahí repasando cada palabra, cada gesto de la confesión, obligado por las circunstancias, la forma en que tuve que enterarme, la rabia, la ira, la violencia las tenía en mi estómago haciendo estragos. Entonces, me detuve, me puse delante del espejo, ahí estaba yo, me la jure… de aquí salgo paradita, no puedes volverte un estropajo, no eres ni la primera ni la última….
Tomé un vaso con pisco solo como acostumbraba a hacerlo con un cigarrillo a medias me metí de nuevo en la cama, comencé a relajarme, poco a poco, a dejar mi mente en blanco , de pronto sentí la compañía de manos que me tocaban mi cuerpo, la nuca, los brazos, mis pechos, suavemente el vientre, los muslos, el frió de la noche sola, empezaba a calentar mi sangre y entonces mi cuerpo se encorvaba como la yegua que se niega a ser domada, se humedecía mi sexo rogando que lo auxiliarán de la soledad en que se encontraba, de prisa llegaron unos dedos amigos y jugaron con mi pequeño y secreto bastión del placer, la sangre me hervía cada vez más, seguía sintiendo las manos , muchas manos recorriendo mi cuerpo, extrañamente lo vi a él , mientras desplegaba en ella, sin rostro para mi, su envergadura, me reía, pues mil manos me daban placer, mil cuerpos rozaban mi piel, la cabeza me daba vueltas, la piel se estremecía , cada músculo se tensaba, mis pies se alargaban , hasta llegar casi a tener un calambre, y estalló en mi la rabia , la ira y la soledad que estaba retenida, no desde esta pelea con Pipe, sino que de años atrás cuando deje de ser amante, entonces vino de nuevo el llanto, limpiando los años que llevaba guardada la mujer , si es cierto alguien dirá por ahí que lo único que experimentó ese día fue una gran paja mental y física, pero para mi fue la liberación ….. Nunca me había atrevido a cojermé ….

27 julio, 2005

Para Compartir


Quiero compartir con ustedes un poema creado por Patricio Manns, que luego lo musicalizó con los Intis.
Balada de los Amantes del Camino de Tavernay

El cuarto donde habita mi ruiseñora
se nutre con el ruido de mi demora,
los cantos de la calle se están plegando
y el mórbido reloj mira blasfemando.

Después la lluvia encumbra sus volantines
y moja alguna estrella que agoniza entre violines
y agolpa sus rebenques desmelenados
a la anca de mi potro que no ha piafado.

De noche todo es claro si en su cortina
ondula una cadera que se adivina,
sacude su pañuelo la manteraza
y enciende las señales por donde pasa
mi atávico desvelo buscando casa.

La cama adonde espera mi buena moza
es tibia como el vientre y es luminosa,
viniendo de la lluvia y forzando puertas
aprecio que su gana ya esté despierta.

La cama donde escurro mis homenajes
es donde desterramos la barrera de los trajes,
es donde de algún modo su resolana
se adueña de mi lengua tan soberana.

Allí nos respiramos de diestra a suerte,
allí nos cobijamos por si la muerte,
allí yo le regalo mis estertores
y allí ella me devora con mil amores
cogiendo de mi sangre las frescas flores.

La cama donde anida su pulpa suave
es esa donde yergue su cuello mi ave
y aquella adonde estira su claro modo
amándome de cerca y mordiendo todo.

Su cama multiplica mi envergadura
que es llave con la que abro su opulenta sabrosura,
que es fuego con el que echo su frío afuera
y anido su gemido cuando lo quiera.

Viniendo de tan lejos estoy tan hondo,
tan cerca de su dentro y tan al fondo,
tan ávido y complejo tan estrujado,
tan posesivo y pleno, tan aplicado
que cuando el nuevo día se asoma me alza...

...Desangrado, desangrado
desangrado,
desangrado.

Nos estamos leyendo , el proximo viernes 29

22 julio, 2005

Angela



Recuerdo que tenía quince años, con todas las trancas de un chico de mi edad, era muy tímido. Mis padres decidieron salir de la capital y vivir un tiempo en Arica, ahí volví a ver a mi tía , cuatro años mayor que yo, fue quien me dio mi primer beso, no ese beso de pendejo, sino el que te deja loco, loco de amor , caliente que se yo… ese que te deja marcando ocupado. Ella era encantadora y no le faltaban pretendientes, para ella fue un juego, para mi fue mi obsesión por varios años.
Desde aquel momento, y luego de volver a la capital a seguir mis estudios universitarios, pasaron varios años y volví un verano a esta ciudad con el sólo propósito de encontrarla nuevamente. Ella también había emigrado hacia el sur del país, no había sabido nada de ella hasta que recibí su llamada, después de largo tiempo la familia se iba a juntar como aquellos veranos de nuestra niñez y juventud, en la casa de los abuelos, arreglamos todo para estar en ese tiempo, pero sólo yo pude ir por mi familia, Ángela que así se llama, también fue sola, su pareja tenía que terminar un proyecto ,y ella se había dado vacaciones de su consulta.
Cuando la ví nuevamente, esa obsesión volvió a mí , estaba casi igual como la recuerdo, como siempre tan cálida , ella era quien manejaba toda la acción en la casa, y también las largas conversaciones que teníamos después de cenar con los abuelos: Nos hicimos cómplices y los días se hacían cortos, hasta que nos dimos cuenta que faltaba poco tiempo para que terminará la junta familiar, Ángela también aprovecho de volver a reencontrase con sus compañeros de liceo, como no quería ir sola , me invitó.
Nos despedimos de los abuelos cerca de las diez, ella, medio en broma medio en serio, les dijo que íbamos a un motel porque respetaba mucho su intimidad, cerrándome un ojo y sonriendo, y como siempre mis abuelos la retaban jugando, por el ejemplo que le daba al niño, que era yo.
Estuvimos cerca de dos horas con sus compañeros, recuerdo que se acercó a mi lado y en un tono más fuerte de lo común, me dijo-- cuando quieras te llevo con tus amigos—guiñándome el ojo, y yo le respondí entonces ahora. Angela me dijo que estaba ya cansada de recuerdos y que quería recorrer un poco más la ciudad, pues desde que llegó se había desvivido por estar con sus padres y los abuelos, necesitaba un poco más de libertad como la que estaba acostumbrada en el sur, de paso compramos unas cervezas y fuimos a la playa, fue en ese momento donde tomé fuerzas y le devolví el beso que medio hace algunos años atrás, esperé su reacción, lo menos era un enojo.
- Por que te demoraste tanto- sin ninguna perturbación en su voz, me dijo
- lo del motel va en serio- siguió diciendo
- hoy te enseñaré que es placer- mirándome fijamente a los ojos

Me fui pa” entro, ella lo había planeado todo, me dijo que de vez en cuando se acordaba de mí, y antes de atarse, debía terminar lo que empezó. Nos pusimos en marcha, yo no era ni virgen, ni tampoco un conquistador, hasta ese momento, había compartido mi cama con dos pololas y nada más, llegamos a un motel que según ella le traía muchos recuerdos, quedaba en el valle, ella hizo todas las transacciones, en realidad era la primera vez que iba a un motel.

Entramos al departamento que tenía una luz tenue, al centro estaba una gran cama, me pidió que me recostará y que no dijera nada, comenzó por sacarse su blusa para dejar ver sus pezones erectos y sus senos firmes, no dejaba esa costumbre de ir sin sostenes, luego siguió con su mini dejándome ver su espalda y su colales que delineaba muy bien su culito, era una mujer increíble para sus treintitantos, se subió sobre mi y dejó un beso en mi boca , su lengua buscó cada milímetro de mi boca, no hubo lugar donde no me hiciera sentir, me pidió que me sacará la polera mientras ella con esa víbora en la que se convirtió su lengua recorría mi pecho dejando su veneno caliente; mis manos alcanzaron sus pechos , pero no dejaba que le hiciera nada , me decía-- lo que yo te haga después lo repites conmigo, aprende y luego practicas-- sus manos pequeñas, entraron en mis jeans buscando frenéticamente mi verga, que estaba tiesa y húmeda, desesperada sacó mis pantalones, y la envolvió con los pliegues de su boca, la recorrió desde su base hasta su punta, a cada instante pensaba que estallaría y, ella como estratega de estas batallas, sabía cuando ser intensa y cuando darme descanso, besó mi cuerpo entero, se dio tiempo para hacerme sentir, no había urgencia de penetrarla. Ahora te toca a ti, me dijo, y su voz sonaba agitada, primero palpé con mi lengua su espalda, dediqué tiempo a sus muslos, a sus hombros , de vez en cuando los mordía y sentía estallar sus gemidos, luego vinieron sus pechos, con mis dedos busqué su clítoris, tan erecto como mi miembro, la humedad de su sexo envolvía ya todo nuestros cuerpos, lamí su fuente y bebí de ella mientras sus gritos suaves se hacían cada vez más fuerte, cuando llegó el momento de la tan ansiada penetración , me pidió ella estar arriba, tomó mi pene entre sus manos y arrodillada ,suavemente me dejó entrar a su cuerpo, la tomé por la cintura y comenzó la cabalgata sobre mí. Decía mi nombre, a veces palabras groseras que me calentaban aún más, la tomé y la dejé semi arrodillada y comencé nuevamente a arremeter desde atrás hacia delante, nuestros cuerpos estaban mojados, me inventó miles de posiciones, me las gritaba, otras veces me las rogaba, hasta que me pidió que la hundiera lo más que pudiera , que lo hiciera fuerte , que le dijera puta… ahí ella gritó de placer había llegado su explosión de placer infinito, detrás del de ella venía el mío , explote por todas partes , me dolieron hasta las muelas, seguí el ritmo frenético de cada embestida hasta que me tumbé al lado de ella, lo volvimos a hacer dos veces más esa noche, repitiendo cada clase que ella me daba, ella fue mi maestra y yo su aprendiz. Los dos días siguientes, volvimos al mismo motel, hasta que mi tía tomó su avión para volver al sur y yo a la capital, a terminar mi tesis para terminar mi carrera, sin antes prometer volver el siguiente verano….

18 julio, 2005


Happy Hour

Sentada en un pub, a la hora del happy hour, aburrida y cansada, viendo a todos, incluida yo, armándose de fuerzas para seguir la rutina de los perdedores, saber que llegaré a las casa de mis padres, cuando debí salir hace mucho tiempo , y siempre me digo mañana, cuantos se lo dirán, los miro y no veo más que mi reflejo, hasta que te vi llegar, estabas sola igual que yo, pero relucías, tu cuerpo pequeño pero bien proporcionado hizo que más de algunos de los que estábamos ahí , saliéramos de nuestros pensamientos y de quedáramos viéndote, te acercaste a mi, tu sonrisa me perturbo de tal manera, que no atine a decir nada, te sentaste y comenzaste hablar del día, de las dificultades, creo que hasta del tiempo, mientras hablabas, mi cuerpo comenzó a sentir la necesidad de acercarme, pero era ilógico, yo era una mujer y delante mío también estaba una mujer , nunca había sentido la urgencia de acercarme , de tocar la piel de otra , de seguir las curvas de tu rostro, de besar esos labios pequeños y carnosos de color carmesí , tu fragancia llenaba el espacio que compartíamos hasta ese momento, de pronto llegó a tu lado un hombre joven y bello, te beso cerca de tu nuca, y alargaste tu cuello, en un signo excitante y erótico, que me humedeció entera, nerviosamente estire mi mano y me presente, ambos rieron y frente mío, comenzaron al ritmo de la música que se escuchaba, una danza caliente, se refregaban mutuamente sus cuerpos jóvenes y firmes ,y sus miradas de fuego me envolvían invitándome a seguir con ellos su baile de apareo, el licor comenzaba a hacer efecto, y sin importar los demás, los abracé, sus manos y las mías se perdían en nuestras masas, el calor del momento nos hizo cómplices, y pronto estamos en una esquina del bar en penumbras, tome tus pechos sobre tu blusa de oficinista y los apreté fuertemente , mientras nuestro compañero te atrapaba por detrás y tomaba tus nalgas que apenas se cubría con tu colales, toque tu piel blanca y suave y acerque mi boca a la tuya, mi lengua recorrió cada espacio de la tuya, tu lengua también busco la mía, sentí tu primer quejido, nuestro Apolo , comenzó su batalla desde atrás, tu sonrisa complaciente y felina, me asusto, aun así seguí, tome tus pezones y los mordisquee, tu excitación traspasó tu cuerpo y entró al mío, me tomaste con tal fuerza que me pusiste entre aquel que nos acompañaba y tu cuerpo, ahora me tocaba a mi, con fuerza penetro mi cuerpo, pero no era el quien me penetraba sino tú, nos mirabas y veía en tus ojos el brillo del gozo que te causaba tal imagen , tomaste mi mano y la hundiste en tu fuente de placer, con mis dedos busque tu clítoris firme y erecto y con los otros seguí el río húmedo de tu calentura y, al ritmo de las envestidas del macho que nos acompañaba , primero fue suave y luego con la misma fuerza y rapidez , el olor a sexo nos embriagaba , nuestros gemidos se confundían con la música , se tensaron los cuerpos , llego a mi la explosión , te diste cuenta, y me apartaste de tu macho, tomaste su verga y con rapidez atrapaste su fuego lechoso, te diste vueltas dejaste un beso en mi boca, no dijimos nada , nos arreglamos, antes de preguntar tu nombre , te habías perdido entre todos aquellos perdedores que esta noche visitábamos aquel pub, tome un trago más mientras no sabía si lo que pasó fue producto de mi imaginación o la realidad , cada viernes regreso al lugar a ver si nos volvemos a encontrar, hasta hoy no has llegado

14 julio, 2005

Catorce de Febrero



Era un catorce de febrero, después de haber estado trabajando, fuimos a tomar unos tragos y a conversar sobre nosotros, recién comenzábamos a conversar nuevamente, comenzaba a tenerle confianza, a pesar de lo que habíamos pasado, entre la música, el alcohol, llegó a nuestra conversación la secretaria de la oficina donde trabajábamos este verano. Era pequeña pero bien proporcionada, tenía 24 años y, con esos rollos que me entretenían para jugar un poco a la sicóloga, habíamos trabado una amistad que nos llevaba a conversar temas que nunca había tomado con mis amigas, hablamos abiertamente sobre sexo, me recuerdo que esa tarde ya habíamos tenido una aproximación sobre su vida sexual, y yo me las di de tener cierta libertad, que en verdad no lo era tanto.
Entre lo embriagada que me sentía esa noche, me puse a investigar que opinaba Jorge sobre Alexandra, al Principio me dijo que no le interesaba, que en realidad la encontraba un poco tonta , muy enrollada con sus problemas y ,que de todo pedía disculpa, allí arremetí yo, y le pregunte si se atrevía a hacer un trío con ella, se sorprendió bastante de mi proposición , creo que no se lo esperaba, pero poco a poco se fue interesando sobre el tema, y secretamente nos propusimos ir viendo que pasaba. Yo sentía que si podría ser, siempre tuve la inquietud de ver a Jorge haciéndoselo a otra.
Nos fuimos hacia la casa que quedaba fuera de la ciudad, pues vivíamos en el campo, pero la conversación había subido bastante de tono y apenas entramos al auto, comenzamos a tocarnos, llegamos cerca del río, frente a la propiedad de su padre, mientras llegábamos me acerque a su entre piernas le baje el cierre y mis labios envolvieron su miembro que a esa altura estaba erecto, duro como palo, el manejaba y yo seguía besando profundamente la fuente de mi placer, cuando llegamos al lugar, ya estaba casi desnuda me pase al asiento de atrás , mientras mis dedos sentían la humedad de mi sexo a más no poder, se quito los pantalones y la polera y paso a hacerme compañía, se sentó al lado mío y comencé nuevamente a besar su pecho a recorrer su cuerpo hasta llegar a su verga que cada vez se hinchada más y se ponía más dura , me puso sobre el y al ritmo del concierto de guitarra y flamenco, comencé mi danza caliente, ardiente, cachonda e impaciente acelerando mis caderas, sentía que me llegaba a lo más adentro que se podía, nuestra respiración era agitada y fuerte , me sentía libre de gritar y ahí comenzó él a fantasear con Alex, que le íbamos a hacer, yo loca de caliente susurrándole y luego gimiendo comencé la historia que antes de fin de verano sería realidad , eso nos tenía más caliente que nunca , con fuerza me tomo desde atrás, sentí un placer inmenso ,ya no entraba por mi vulva lechosa a esta altura del momento, sólo escuchaba lo que él le haría a ella, eso me calentaba más y más, llegó la explosión a mi cuerpo, si llegue al orgasmo cósmico del valle, sin decirle nada, guardado sólo para mi, este placer tan exquisito abracé con mis labios nuevamente su fuente palpitante dándole dura batalla, hasta que sentí la convulsión de su cuerpo , me separó y chorreo su miel sobre mi rostro .. atine sólo a decir te quiero ver con ella …Me lo comí a besos, descansamos unos minutos y admiramos lo negro de la noche de nuestro valle y lo cómplices que fueron las sombras que nos rodeaban….. desde esa noche en mi mente estaba el trío y que el trío fuera realidad antes de terminar el verano, el sólo pensarlo nos hacia más cahondos que nunca……

08 julio, 2005

El comienzo de una despedida



La noche anterior me había comunicado que debía subir a los tijerales de su casa que se estaba construyendo al final del valle, cerca del fundo mariposas o algo así, por lo tanto me invitaba a pasar el fin de semana.

Llegó a buscarme a las cuatro de la tarde, por que un agricultor amigo de él nos iba a llevar, tome mi bolso con algunas cosas y nos subimos al auto , de camino pase a despedirme de mi hermano que no estaba muy convencido de mi decisión, aunque ya era mayor de edad, así que yo sabía lo que hacia. Llegamos primero a la casa de este agricultor. A eso de las siete de la tarde , mando a su hijo a dejarnos al lugar donde estaba la casa , era maravilloso, era una especie de terraza donde al final de ésta, se encontraba el río rodeado de muchos árboles, que para una nortina como yo era inimaginable . Estaban los albañiles esperándolo para comenzar el asado que se hacia en honor de la casa que se estaba construyendo, en realidad nunca había estado en un festejo como este, además de los trabajadores había una familia amiga de él que estaba acampando. Comenzaron los preparativos se armo una mesa y comenzaron a darle vida a este acontecimiento, mientras él me mostrado los proyectos que tenía para esa casa y algunos de estos eran a veces en plural, yo me sentía extraña a ese mundo pero seguía la corriente, como queriéndome escapar del mundo que yo había conocido, hasta ese tiempo en mi Arica.

La casa por petición de él, se estaba haciendo con piedras en las bases y luego madera, tenía grandes ventanales, dos niveles, uno a ras del suelo y otro hacia bajo, este daba con el río. Dejamos nuestras cosas en el primer nivel donde dormiríamos en sacos de dormir. La fiesta duro hasta altas horas de la noche.

Como a las cuatro de la madrugada decidimos irnos a dormir a la casa, despejamos el lugar, como no había luz eléctrica nos alumbrábamos con una lámpara de parafina, eso le dio al lugar un toque especial, mientras él buscaba algunas frazadas para ser más cómodo el suelo, yo me cambie mi ropa por una polera larga que solía usar como pijama, luego de dejar todo listo nos sentamos cerca de la lámpara, yo callaba y él me abrazaba mientras iba tejiendo un futuro sobre nuestra relación, yo le acariciaba sus grandes manos, manos que se notaba no habían tenido trabajo fuerte, pues eran muy suaves, esa sensación me hacia sentirme segura, cuidaban de mí, como quizás no la había sentido antes, pero en mi corazón no había ese gran amor, sino que enamoramiento de esta situación tan ideal, de pronto se calló, tomo mi cara y dejó caer un beso dulce y suave como queriendo una respuesta a sus palabras, yo seguía muda , no pensaba, sólo quería disfrutar de esa seguridad que me daba el momento, luego vino una caricia sobre mis hombros, la cual despertó en mi la necesidad de devolver esa quietud con lo que creía era mi mejor forma, mi pasión, mi calentura, me saque mi blusa y deje mi cuerpo desnudo delante de él, me miraba con dulzura y pasión ante la delgadez de mis veintiañeros años, largo rato me miro yo seguía su miraba y eso me excitaba cada vez más, en un acto de valor o locura tome sus manos y las puse sobre mis pechos, primero los toco Suavemente, luego los amasó con cierta fuerza , pellizcaba mis pezones que se erectaron tan solo con su mirada, el silencio de la noche se mezclaba con mis gemidos casi imperceptibles , puso un beso en mi boca lleno de la pasión que comenzaba a brotarle por sus poros y ese olor, que deben sentir las hembras en celos , comenzó a invadir aquel ambiente, mi cuerpo temblaba y no de frío, sino del momento de excitación que ambos sentíamos, bajo hacia mis pechos y su boca busco mis pezones como queriendo sacar de ellos el calor que nos envolvía, me tomo suavemente y me coloco sobre los sacos de dormir, su torso quedo desnudo y apego su cuerpo al mío, mientras repetía mi alexa, mi alexa. Sentí su cuerpo tan cerca que note que su sexo estaba erecto y muy duro, queriéndose escapar de su Jean, lo separe un instante de mi y mis manos liberaron a su miembro de la cárcel de algodón que los envolvía, la luz de la luna nos bañaba , por primera vez desde el tiempo que habíamos compartido bajo a mi vulva lechosa y comenzó a beber su jugo, lo que hacia torcerme de placer, Explotó silenciosamente en mi la sensación más placentera e intensa, fue imperceptible para él, pero seguía teniendo ganas, esas ganas que no había sentido hacia mucho tiempo. Tome su cara con mis manos la lleve frente a la mía, intente decir algo pero sólo hubo silencio, entonces aquella apasionada pero dulce escena, cambió bruscamente, su cuerpo se abalanzó sobre el mío, con cierto dejo de brutalidad aparto mis muslos y arremetió con fuerzas su miembro más erecto que nunca en mi vulva, su respiración cada vez más fuerte y sin ritmo alguno, me hacía sentir la furia o la pasión, el odio o el amor que se mezclaba, la dulzura de los momentos previos se desvaneció y sólo había fuego, fuego que yo también compartía aunque al principio sentí un gran temor, fue cambiando al placer más absoluto hasta antes sentido, pero sólo podía emitir gemidos , tanto de dolor como de placer, me tomo y me puso de costado me abrazaba con fuerza, mientras su sexo se hacía camino hacia mi vagina desde atrás, me susurraba que no me iba ir más del lado de él , su respiración daba en mi nuca y cuello, lo que puso mi piel más sensible . Comencé a sentir que ya nuestros cuerpos eran uno solo, el ritmo de las estocadas era frenético y cada vez más rápido, nuestro cuerpo comenzaron el camino a la gran explosión del orgasmo, mi cuerpo se puso tenso, muy tenso, ya no daba más, hasta sentí calambres en mis pierna , ya venía el gran suceso, exploto en mi un largo orgasmo, a él sólo le escuche mi nombre ante que derramará dentro de mi aquella su lechosa vida.

Luego vino el silencio, que de vez en cuando era cortado por el canto de algún insecto, él quedó exhausto al lado mío, yo quede más despierta que nunca. Tome un saco de dormir y lo abrigue, yo tome un poleron de él me abrigue, puse mi saco cerca de él y al rato me dormí.

Pasó quizás unas horas, no sé, él me despertó para que viéramos el lucero desde un gran balcón que daba hacia los cerros, nos quedamos ahí largo rato abrazados, luego me dormí, no sentí cuando se levanto, me desperté por el ruido que hacían los hijos de la pareja amiga de él que estaban cerca del río, mis ojos comenzaron a buscarlo pero en esa habitación no estaba, me vestí y salí a ver si estaba a fuera, me recibió un trabajador de él, los otros ya se habían marchado , me invito a tomar desayuno y me paso una nota que había dejado su patrón para mi, eche el papel en el bolsillo de mi pantalón y me acerque a la mesa que había dispuesto el hombre para que desayunará, me preguntó si me iba a quedar a almorzar, no dije nada. Luego de conversar un par de cosas con el hombre, baje al río y leí su nota, “ Mi Alexa, recibí un mensaje de parte de mi hija, lo vino a dejar el hijo de mi amigo, debo bajar urgente a la Serena, si quieres espera a que regresen los trabajadores y bajas en la misma movilización o te vuelves con mis amigos que se regresan a la tarde, no quise despertarte, ya hable con ellos, yo no sé si regrese al pueblo hoy, espérame, te quiero”. La leí varias veces, sentí una gran soledad, la seguridad que había sentido se esfumó, sentí miedo, rabia pero en el fondo también un poco de alivió no quería lazos, ya venía de relaciones agobiantes, herida, me hice el animó, esta vez me iba sola , tome mi mochila, me despedí del viejo trabajador, este insistía que esperará para que alguien me llevara al pueblo más cercano y pudiera tomar alguna locomoción, tome una botella con agua y me puse en marcha.
No sé cuanto tiempo paso, sólo camine y camine , llegue en la tarde al pueblo, pase a avisar a mi hermano que había llegado, me pregunto con quien me había venido, le mentí, después me fui a la pieza donde vivía , me encontré con algunos amigos y nos pusimos de acuerdo para juntarnos en el café de José en la noche, estuve hasta tarde, supe que había llegado esa noche, no quise ir a verle, ni al otro día, hice planes me fui a La serena temprano y llegue tarde, pasaron dos o tres días, y me lo encontré cuando iba a tomar desayuno con mi hermano, me pregunto que había pasado por que no lo busque, fui un poco distante, creo que estaba dolida en mi amor propio, me invito a almorzar quería presentarme a sus hijos y su hermano menor, entonces sólo atine a decirle que volvía a Arica al día siguiente

01 julio, 2005

Tu regalo





Me desvele pensando que regalo, que regalo darte ahora que te siento lejos, que estas tan ausente o que yo me ido ausentando de tu vida, me pedías que no fuera tan dependiente y cual caballo que soy, solté amarras y me fui galopando sin mirar atrás, pero estas en mi corazón, entonces con la fuerza de toda la pasión que aun provocas en mi, que para ti pareciera que se ha ido diluyendo con en tiempo. Apareció esa mujer con aroma del valle del Elqui, que tanto añoras, fue de noche, cuando salías cansado resignado a la rutina que llevamos a cuestas, te tome de la mano, no me reconociste, era distinta pero a la vez tan conocida, por la sorpresa no dijiste nada, te sonreí, tus ojos brillaron, te llame por tu nombre, en un momento dudaste, deje en tus labios, un beso apretado como el primero que sentí de tus labios, secretamente esperaba que me rechazaras, pero no, estaba joven, sin tiempos arraigados en mi piel, te dejaste ir y embriagado por el asombro y la expectación me seguiste, arribamos a la media noche, oscura , sin luna, sin testigos, en la playa olvidada de mi cuidad,
No hablamos, tome tus manos y las deje sobre mis pechos, mis ojos brillaban y te sugerían que los tomarás con fuerzas, bese tu rostro, tu cuello, deje caer mi vestido, y ahí me ofrecí sin miedos, sin vergüenzas , mi desnudes ardió y se aferró a tu cuerpo para compartirla, ate mis brazos a tu pecho y baje buscando la fuente de mi deseo , mi labios lo envolvieron y sentí tu gozo como mío, al ritmo de las olas fue creciendo la intensidad, hasta que me separaste de ti y me tendiste sobre el capo del auto, lejos de pensar quien podía observarnos , no nos importo nada, entraste con fuerza a mi interior, sin pedir permiso, dejaste la sumisión, que hasta ese momento tenías, y como macho en celo, arremetiste una y otra vez, una y otra vez, como el sonido envolvente del mar, nuestros cuerpos húmedos se batían en una pelea carnal, si carnal, el vaivén se hizo intenso, los cuerpos se tensaron , las sensaciones se hicieran torbellino y vino el grito callado, el gemido lastimero y llorón del invitado a esta fiesta, llegó el orgasmo casi simultaneo de dos animales solitario y , broto la leche que da vida, la bebí sin prisas, cerré tus ojos, te deje ……
Llegaste a casa como de costumbre, pregunte como te fue, sólo moviste la cabeza, te abracé en nuestra cama, con la satisfacción de haberte regalado un momento pasión y tu callaste pensando en aquella mujer de esta noche.