Él me amó

Debían ser las nueve de noche, cuando sonó el celular, era mi hija que necesitaba que le trajera del centro una caja de preservativo, me causó asombro primero y luego risa, su profesora de ciencias les enseñaría a como usarlo, de camino a la farmacia recordé mi primera experiencia con este artículo y luego también agradecí aquel amante que me enseño ha usarlo y gozar con el.
Estaba por salir de cuarto medio y como siempre los cambios me daban un miedo tremendo y una lata, estaba sola, mi primer pololo y primer amante se había ido a estudiar a Antofagasta y sólo manteníamos contacto a través de cartas. Era fines de Mayo y mi hermana me presentó a un amigo de su pololo, en realidad fue una cita a ciegas, no teníamos nada en común, él ya estaba en la U, en segundo año y yo aunque parecía mayor, casi dieciocho, tampoco le parecí interesante, pero al correr el tiempo fue llegando a mi casa a verme, algunas veces nos encontramos en la U , cuando iba al pre. de la federación, hasta que comenzó a ir a buscarme todos los días en la noche, al principio lo veía como un amigo, hasta que te pasa la cuenta la nostalgia y la soledad de un año de decisiones y dudas sobre el futuro, comenzamos algo más que una amistad, pero siempre me dejo en claro que para él no existían las relaciones exclusivas, no lo entendía, sentía que se estaba burlándose de mi , a esa edad todavía piensas que existen los príncipes azules y que el amor llega para quedarse en un hasta siempre. Generalmente nos veíamos de lunes a jueves y desaparecía los fines de semana. Habíamos hablado varias veces de tener “relaciones” pues era eso, en ese concepto de pareja que tenía él , yo nuevamente miedosa pensaba ¿y el amor?, de tanto vernos comencé a sentir un extraña unidad con él , y cada vez eran más intensos nuestros encuentros, las caricias se fueron haciéndose más intimas , incluso yo me sorprendí varias veces con mis manos dentro de sus pantalones, buscando con esa pasión que hace que hervir la sangre a su miembro erecto por los besos profundos y el juego de guerra de nuestras lenguas.
Apareció un día sábado a eso de las 10 de la noche y me pidió que saliéramos, avise que volvería al rato, nos subimos en su auto y dimos algunas vueltas, llegamos a la ex Isla Alacrán , ahí nuestros manos comenzaron el juego de la seducción, primero sobre nuestras ropas, luego buscando algo más bajo ellas, sin dejarnos de ver a los ojos , desafiándome a seguir cada vez más allá , le oí decir te quiero, pensé que alucinaba, los vidrios del auto estaban por empañarse completamente, se detuvo, quedo por un instante mudo y me dijo-- hoy quiero hacer el amor contigo— me quede en silencio , hasta ese momento sólo un hombre había estado conmigo y yo sabía que también fui su primera mujer, lo cabeza me daba vueltas , para él que sería , pero escuche quiero hacer el amor, la locura forma parte de mi desde ese momento y asentí con mi cara, no fuimos del lugar a otro con menos gentes, por supuesto no era mi primera vez en un auto, pero recuerdo que él tiernamente tomo mis manos beso mis dedos ,-- estás segura—me preguntó, salió un si de mis labios, -- ¿te cuidas?—no respondí… me miró… sus ojos no mentían y así lo sentí -- sé que te quiero ahora y no te quiero hacer daño… dándome un beso tierno, tomó mi mano y dejó un pequeño sobre … era un preservativo, ahora, después de tanto tiempo, sé que fue un acto de amor.
Sus labios comenzaron a adivinar cuales eran mis zonas más sensibles y a cada quejido , subía su intensidad, a ratos sentía la violencia tímida de sus manos queriendo tomarme , y la soledad de aquellos días, en un rincón me odiaba por compartir con otro mi tiempo, y no me importó porque volvía a sentir que mi cuerpo vibraba, vivía, quería ser poseída, nuestras ropas no fueron más impedimento, me miró y tanto él como yo sentimos la urgencia de ser uno solo, entonces se separó , tomó el sobre y apareció suave y húmedo el condón , colocó su mano sobre la mía y comenzó la ceremonia de vestir su arma y desplegarse dentro mío su envergadura, como animales que se buscan y se destrozan comenzamos el baile de apareamiento , en la comodidad o incomodidad del lecho sustituto , de los personajes oscuros que podían deambular , cabalgamos hasta no poder más , la agitación se volvió explosión de olores , sonidos , dolores de sexo y, entre respiros entrecortados se fue de mi lado, la angustia tomo asiento junto con la soledad que me veían desde el rincón, se recostó como pudo a mi lado… no dijimos nada… tomé mi ropa , saque un cigarrillo y baje del auto… quizás no comprendí en ese momento , pero el a su manera me amó, nunca dejó de usar condones en los meses que estuvimos juntos , hoy se lo agradezco…

De esta Forma me uno a la campaña por el uso del condón de los blogueros , si quieres unirte lee a http://sergioalvarado.blogspot.com