Cuentos para Mi

La realidad se mezcla con la imaginación, el sentir se confunde con los recuerdos, y estos son los relatos que avivan mis noches y mis sueños , Hoy los comparto contigo.....

Mi foto
Nombre: Sol Diez
Ubicación: Arica, Tarapaca, Chile

Desde los doce años que escribo, esta es la primera vez que publico y espero saber sus comentarios,las actualizaciones son semanales.

10 junio, 2005

Verano, una golondrina

Una Golondrina

Tenía que volver a empacar todas estas cosas que fui dejando en esta casa, llevo diez años entre el valle y La Serena. Tome los libros apilados en el rincón de lo que fue mi biblioteca, el primer libro era El lobo estepario, adentro estaba la única carta que conservo de aquella golondrina del norte.

Recuerdo que era verano, llevaba ya seis meses viviendo en el pueblo de Elqui, después de más de tres años perdidos entre el trabajo, el fin de mi matrimonio, el estrés de los negocios de la familia… Decidí alejarme de todo y comenzar una vida nueva en el valle cósmico.

La vi llegar en el bus de la seis de la tarde al pueblo, era delgadísima, con un exquisito cuerpo bien equilibrado, su melena oscura enmarcaba su cara fina y reluciente, su sonrisa calida no dejaba a nadie indiferente. Bajó del brazo de un uno de los carabineros, escuche por ahí que era su novia de Arica, para mi adentro dije que suerte, más tarde supe que era su hermana.

Una noche camine hacia a la plaza, a fines de enero, el ambiente era tibio y como era principio de semana no había nadie en ella, me encanta la soledad. Estaba sentado, distraído, cuando la vi llegar. Apenas la sentí, de hecho me distraje de mi s pensamientos, me sonrió y yo le correspondí, se sentó al lado opuesto, bajo la luz de uno de los faroles, la luz aquella le daba un toque de magia a su figura, ya la había observado varios días al pasar frente de mi casa ,siempre con esa sonrisa y saludando a todos con los que se encontraba ,varias veces trate de encontrarla, pero nunca se dio el momento, pasaron unos minutos y me acerque.
-Hola ¿eres la hermana de De La fuentes ¿ ¿cierto?- dije y ella movió su cara.
-Soy Andrés Del Río_ proseguí.- ¿y tú como te llamas?
-Alexa- dibujando una sonrisa y una mirada tan profunda que me perturbó
Luego nos pusimos a conversarsobre el valle, pasaron las horas, hasta que decidimos irnos, la acompañe hasta su casa, que quedaba a unas cuantas de las mías, ella no se había percatado lo cerca que estábamos, y cuanto horas la había observado desde que llegó. Al dejarla su mirada me puso impaciente, era coqueta por naturaleza y seductora, esa coquetería que le era propia de la edad, no tendría más de veinte años, al llegar a casa me costó mucho retomar el sueño,¿ que tenía esta chica?, las ansias me apretaban el cuerpo y comenzaba además a florar el deseo de estar con ella más intensamente, habían habido otras mujeres después de aquel fracaso pero nada que me inquietará tanto como Alexa.

Deje pasar tres días, y al medio día pase por su casa, en realidad era una pieza que tenía puerta hacia la calle en la casa de un amigo de su hermano, lo que la hacia independiente de salir y entrar a la hora que quisiera.
-¿está Alexa del norte?- dije
-depende para que?- respondió con voz gatuna
-quisiera que almorzáramos juntos- continué

Su respuesta fue afirmativa, quedamos de juntarnos a las dos. Estaba intranquilo, yo un hombre echo y derecho, perturbado como un quinceañero, para distraerme me puse hacer la comida, puntualmente llego ella. Venía vestida con un short y una polera como era costumbre verla, su pelo tomado y su cara de niña , la invite a pasar y le ofrecí una copa de vino, mientras terminaba de cocinar . luego de la comida pasamos al living a seguir hablando de literatura, en ese momento me decía que estaba leyendo a Hesse, recordé que lo tenía cuando lo fui a alcanzar este cayó y los dos al mismo tiempo lo tómanos , su cuerpo tibio se acerco de tal manera que encendió el mío, roce sus labios y la bese, sus labios eran tan dulces como la miel y suaves como la seda, fue un instante sublime, la suavidad del beso no concordaba con la urgencia de mi cuerpo. Desde ese momento no la deje, todas las tardes estábamos juntos, de echo mucha gentes del pueblo comenzaron hablar, pero eso no me interesaba. Ella comenzó a llenar mis espacios, era inteligente, valiente y a la vez inocente, a pesar de sus experiencias, llena de vida, de alegría de vivir, hacia tiempo que no me sentía así.
Una tarde me propuso cenar juntos, su mirada fue de fuego, fuego que después estaría en mi cama. Me vestí para la ocasión a eso de las ocho, llego ella, su piel me brindaba su aroma de niña y mujer, le pedí no cocinar, me urgía tenerla en mis brazos, le invite una copa de vino y nos sentamos en el sofá, me acerque a ella, le bese su cuello largo hasta llegar a sus pequeñas orejas , mientras susurraba su nombre, sentí su respiración acelerarse, y como poco a poco su piel se estremecía con mis besos, acaricie sus pequeños pero firmes pechos que cabían en mi mano, su lengua buscaba la mía dentro de mi boca , y ya no eran esos besos entrecortados de las otras tardes, eran besos de mujer que me pedían que la tomara, subí su polera y con mis dedos pellizqué sus pezones oscuros y erectos que sobresalían de sus senos de piel blanca, mi boca los buscó con desesperación y los chupe con fuerzas, sus manos buscaron mi miembro atrapado en mis jeans, yo lo sentía empalado, duro, y más grande que de costumbre, esta hembra desataba una furia en mi, que no era violenta sino que pasión pura, deslice una de mis manos en sus muslos de abajo hacia arriba llegando al limite de su entrepierna, sus gemidos suaves me ponían mas ansiosos, la tome en brazos y pasamos a mi dormitorio, la deje sobre la cama , la desvestí suavemente pero con prisa quería verla desnuda, ahí estaba ella delgada, con una pequeña cintura, de caderas fuerte y piernas largas y contorneadas, sus pechos pequeños pero firmes , sus hombres suaves pero con carácter, su cara encendida , sus labios delgados y sus ojos brillantes y oscuros como la noche en que nos conocimos , iluminada como las estrellas de este valle , recorrí su cuerpo con mi lengua, no deje lugar sin besarla, su cuerpo se tensaba y relajaba sin ritmo, saque lo que quedaba de mi ropa, me arrodille delante de ella, separe sus piernas , deje mi pene en la entrada de su vulva , mientras veía su cara cada vez más mujer, más caliente.
La penetre con fuerza, como cuando se hunde el azadón en la tierra, y de su boca salió un chillido, dolor… no sé …luego un gemido desde lo más hondo de ella, supe que le gustaba comencé a cabalgarla , a ratos rápido luego lento, la voltee y desde atrás comencé denuevo mi arremetida , mi verga era enorme , la fuerza venía de todos lados, sentía cada caricia de ella , sus manos apretaban las mías . la puse delante mio y le deje mi miembro delante de su boca, sin decir nada, lo tomo entre sus manos y comenzó a lamerlo de abajo hacia arriba, luego lo envolvía con sus labios, lo chupaba con fuerzas, luego suavemente, sentía como cada poro de mi piel sudaba el olor a sexo de aquella noche, sé que la excitaba esta situación . latía mi pene y supe que se aproximaba el tiempo de volar , la separe y deje salir mi semen caliente con fuerza sobre su abdomen tan plano y suave , la batalla había terminado, me tumbe al lado de ella y la acaricie por largo tiempo, sin decir nada, luego vino el sueño, cuando desperté ya no estaba, al principio pensé que había sido un sueño y que sueño, pero su olor aún estaba en mi habitación.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Amiga mía:
Has leído a Corín Tellado, Isabel Alende; no dejan nada para el lectorm LO CUENTAN TODO, Y SE PIERDE EL ENCANTO.
Aprovecha tu pluma y dale magia, Huidobro dijo: "el adjetivo si no enriquece, MATA".
No desperdicies tu inteligencia, sacale partido.
"Estudiante"

12:15 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home