Cuentos para Mi

La realidad se mezcla con la imaginación, el sentir se confunde con los recuerdos, y estos son los relatos que avivan mis noches y mis sueños , Hoy los comparto contigo.....

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Nombre: Sol Diez
Ubicación: Arica, Tarapaca, Chile

Desde los doce años que escribo, esta es la primera vez que publico y espero saber sus comentarios,las actualizaciones son semanales.

08 junio, 2005

Verano

Era una noche cálida de Fines de enero en el valle de Elqui, recién llevaba algunas semanas en el pueblo y no tenía muchas amistades, además las que pude hacer trabajaban en los packing de la zona, me fui a la plaza, maravillosa por su tenue luz, sus rosas y aquella fuente con esos peces de colores que con la luz de la luna me transportaba a parajes orientales, vistos alguna vez en televisión, estaba desierta o casi desierta, hoy ya no es posible esa exquisita soledad de esos años, donde podías quedarte hasta tarde mirando las estrellas, sin que nadie te molestará, el pueblo ahora es el centro del turismo del valle de Elqui.

Él estaba sentado, distraídamente en uno banco de la plaza, en la semisombra de esa noche, percibía que era un hombre atractivo, alto, de unos treintitantos, de facciones finas, moreno, se notaba que cuidaba su aspecto. Creo que mi llegada lo perturbo un momento, yo le sonreí y me fui a sentar al lado opuesto de él, paso quizás media hora yo leía poesía de Neruda, tan distraída que no me di cuenta que se había aproximado, su voz varonil, me saco de mi concentración
- ¡hola!,¿cómo estas?, ¿eres la hermana de La fuente?, ¿cierto?- Asentí con mi cara, luego se presento
-Me llamó Andrés Del Rio-.

Comenzamos a intercambiar opiniones sobre el valle, las gentes, me dio la sensación que ya nos habías conocido, pero había algo en él que me llamaba mucho la atención, un misterio. Luego de un par de horas nos fuimos caminando hacia donde vivíamos, que por cierto era bastante cerca, a un par de metros justa al centro del pueblo, yo en la casa de un amigo de mi hermano, él tres casas más allá. Lo que quedaba de esa noche se fundió en mi cama y la urgencia de conocernos aún más, deje llegar el sueño tan placidamente como el deseo sigilosamente se apoderaba de mi piel.

Pasaron tres días, sin saber de él, hasta que tocaron a mi puerta, Andrés aparecio con una gran sonrisa.-
-Aquí vive Alexa del norte- me dijo con su voz tierna y seductora.
-Depende de quien le busca:- seguí su juego.
-Vengo a invitarla a almorzar conmigo, sabrá si podrá- continuo
-¡ Claro que si!,¿ a qué hora nos vemos?.
-Te parece a las dos- asentí con una sonrisa

Avise a mi hermano que no lo iba acompañar, por ser carabinero soltero, almorzábamos en el reten, y a eso de las dos de la tarde fui a casa de Andrés, la arrendaba a una familia mientras construía la suya. Estaba cocinando, comida natural, se notaba que cuidaba de su salud y apariencia, me sirvió una copa de vino y empezamos a conversar, cosas triviales como lo que había hecho en estos días, mientras, cada vez me atraía más, me deslumbraba con su mundo, sus viajes, luego pasamos a una salita para disponernos a comer, bebimos unas copas más. Había sido una tarde exquisita, pero el calor nos fue aletargándonos, nos sentamos en el sofá, para intercambiar ideas sobre El lobo estepario, en un momento, se cayó el libro del cual conversábamos, a la vez intentamos tomarlo, se rozaron nuestros cuerpo, nos miramos, acercamos nuestras bocas y suavemente nos besamos, fue un momento intenso, no hubo palabras sólo ese beso.

Desde aquel momento fuimos casi inseparables, tenías largas y encaprichadas conversaciones, generalmente nos veíamos de día. Pasó una semana, hasta que acordado l comer juntos esa noche, claro que esta vez yo cocinaba algo del norte.

En esos días, sólo hubo algunas intensas caricias, que pienso que tanto a él como a mi nos dejaron bastante estimulados, creo que no nos atrevíamos a pasar de eso, pero esa noche me propuse conocerlo aún más.

Eran ya las ocho de la tarde, cuando comencé a arreglarme, tome una ducha fría, seque cuidadosamente mi piel y la envolví en una crema de bebe, elegí mi ropa interior un cuadro negro muy pequeño y un sostén blanco que se abrochaba por delante. Luego perfume mi cuerpo, tome un short muy ajustado y una polera roja para la ocasión, tome mi pelo en una cola, sin maquillarme como es mi costumbre, a eso de las nueve toque su puerta, salió a encontrarme con ese bronceado que le hacia verse espectacular, con una camisa blanca y unos blue jean. Me invito a pasar al living, iba dispuesta a preparar la cena, pero me pidió no hacerlo.

Me invito una copa de vino, se acerco a mi , me miro, me acaricio la cara tiernamente tomo mi pelo y lo soltó suavemente, me recostó sobre el sofá y comenzó con besos cortitos y suaves en mi cara sobre mis pechos, yo me dejaba ir, sentía que lo deseaba, deseaba tocar su cuerpo, saber que era lo que tenía ese hombre, hasta su olor me excitaba.

Mi alex, mi alex , repetía al mismo tiempo que comenzaba acariciarme con sus enormes manos mis pequeños pechos, mi respiración se agitaba cada vez más, comencé tímidamente a tocar su miembro sobre el pantalón, se sentía enorme, duro, él ya había subido mi blusa y apartado el sostén , comenzó a chupar fuertemente mis pezones ,con la furia que se había contenido en estos últimos días, no la furia violenta , sino aquella del deseo , mis pezones a esa altura estaban tan erectos como yo sentía su pene. Mientras tanto sentía mi vulva Humedecerse, puse mi mano dentro del su jean y por fin lo tenía en mi mano , era enorme, húmedo, sentía su olor, comencé a jugar con su pliegue de arriba a bajo , de abajo hacia arriba, mi boca pedía tenerlo dentro, pero no me atrevía a decírselo, él bajo el cierre del short y suavemente puso sus largos dedos en mi clítoris, ese contacto hizo estallar mi una pequeña convulsión, nuestra respiración se agitaba más y más, y volvía a repetirme mi alex , mi alexa . En ese momento me alzo en sus en sus brazos y pasamos a su dormitorio que se encontraba al lado de la salita de estar, suavemente me recostó en la cama , y se dispuso a sacarme la blusa, y comenzó a besar mis senos , sacando de paso el sostén que las retenía, después bajo el short y mi braga, seguía acariciándome , me miraba y su mirada me excitaba más, se puso de pie y saco su jean y camisa, a través de la luz que venía del patio, pude darme cuenta que realmente era de muy buen tamaño su verga, nunca había tenido uno así, se acerco y de rodilla delante mio , puso su miembro a la entrada de mi vulva, me miro, lo hundió y sentí un pequeño dolor, pero ese dolor era exquisito, era un dolor que deseaba tenerlo siempre, luego me tomo y me puso de espalda comenzó a pasar su lengua por la espalda, cada vez que lo Hacia yo estallaba en ahogados chillidos, me abrazo por detrás, y en posición de perrito arremetió nuevamente en mi vulva mojada por lo caliente que estaba, el jugaba con el ritmo de sus metidas,, las aceleraba y luego lentamente volvía a meter ese enorme pene, de vez en cuando volvía a sentir ese dolor que me hacia estallar de gozo, volteé violentamente y tome su verga con mis dos manos y comencé a lamérselo, de arriba hacia bajo, sentía como latía , saborea el semen que se escapaba , ya no era la angelical niñita, ahora quería demostrarle la mujer que era, seguí lamiendo y solo cambiaba sus chillidos por mi nela , mi nela, en mi boca tenía su sexo y me excita el pensar que podía tragarme el semen si el acababa, pero no fue así , me puso nuevamente en la cama y abrió mis piernas, puso su sable tan duro como al principio dentro mío, y cruzo su pierna bajo las mía y comenzamos ambos a agitarnos, en un vaiven desesperado, la respiración se hizo fuerte y entrecortada, mi cuerpo comenzó a ponerse rígido , cualquier roce con su cuerpo me hacia presentir que estallaba , ya venía en mi el tiempo del clímax total, comencé a decirle que necesitaba que lo metiera mas fuerte, a que cabalgara en mi , hasta que no pude más y estalle en un grito acallado, él me beso , entro su lengua hasta lo más adentro que pudo, sentí la rigidez del cuerpo y los latidos de su sexo sentí su leche derramarse sobre mi abdomen y casi inaudible mi alex mi alex, se tumbo al lado mío , no hablamos sólo nos acariciábamos por un buen rato, me abrazo , creo que nos dormimos, más tarde cerca de las seis de la mañana y antes que amaneciera ,tome mis cosas, me vestí y me fui sin que él se diera cuenta.

1 Comments:

Blogger Calameño said...

Este tambien lo habia leido...creo que habia llegado ashta aca no mas...vere lo deJulio ahora. Igual me gusto este cuento.Ojala te lleguen estos coment a tu correo para que sepas que te voy leyendo desde tus inicios

1:26 a.m.  

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